lunes, 14 de febrero de 2011

El ancho del cauce del Rímac

Donado por Orrantino

Por: Ing. Ernesto Maisch Guevara

SEGÚN recientes publicaciones periodís­ticas la Municipalidad de Lima está consi­derando un plan de convertir la ribera del Rímac en un circuito turístico. Es un loa­ble proyecto el embellecer el tramo urba­no de este curso de agua, sin embargo, este proyecto no debería basarse en la reducción del ancho de su cauce, pues ello significa contrariar a la naturaleza.

El Rímac, en realidad, no es un río sino un torrente de montaña que discurre por la fuerte pendiente (supercrítica), fácilmen­te erosionable, de la formación aluvial del valle. Descendiendo cerca de 5,000 m en solo algo más de 120 km y, aún en su tramo inferior, que cruza el área metro­politana de Lima, tiene una pendiente del orden de 1% (todavía supercrítica).

Por otra parte, la fuerte inclinación de las laderas de la cuenca y la ausencia de vegetación en la misma, da lugar a que el factor de concentración de las aguas pluviales precipitadas en su cuenca sea muy alto, lo que ocasiona destructivas crecidas que pueden superar los 500 m3/s.

Estudios realizados en el Laboratorio Nacional de Hidráulica determinaron que caudales específicos superiores a 3 m3/ s por metro de ancho de cauce desestabilizan el lecho y se han tenido fehacientes pruebas del inconveniente de estrechar el cauce:

- La invasión del lecho del cauce por po­bladores de San Martín de Porres, en los años 40, estrechó considerablemente el ancho del mismo. Como lo que le quitan en anchura la corriente lo compensa au­mentando en altura, y como el fondo es erosionable, se inició un proceso de profundización regresiva del lecho que creó un escalón de 17 m de altura al pie del Puente del Ejército, que amenazó esta vital estructura vial, así como la Avenida. Morales Duares. Se tuvieron que reali­zar costosas obras para afianzar estas estructuras. El material de esta profun­dización fue trasportado por la corriente colmatando el lecho en su desemboca­dura, lo que produjo severas inundacio­nes en el Callao.

- Igualmente el estrechamiento del cau­ce, aguas arriba del Puente del Ejército, provocaron una profundización del lecho que casi llegó al nivel de cimentación de uno de los pilares del Puente Santa Rosa. Se tuvieron que construir una serie de pantallas de concreto para obligar al Rímac a recuperar su perfil.

- Aguas arriba del Puente Santa Rosa un nuevo estrechamiento puso en peligro el histórico Puente de Piedra, el Malecón del Rímac y el terraplén del Ferrocarril Cen­tral. Aquí también, con pantallas de con­creto. Convenientemente ubicadas, se pudo levantar el perfil del lecho, ente­rrando las cimentaciones de estas im­portantes estructuras.

- Aguas arriba del Puente de Piedra la construcción de la Vía de Evitamiento, en
terrenos del lado derecho del cauce, que ya había sido estrechado por el lado iz­quierdo por el patio ferrocarrilero de Des­amparados, dio inicio a una profundización regresiva que se propa­gó a lo largo de Zárate hasta poner en grave riesgo la captación de aguas para la Atarjea, construida en 1967, obligan­do, aquí también, a costosas obras de protección de esta vital estructura.

- Un proyecto de la Municipalidad de Lima, de construir pantallas de concreto, fijadoras del perfil del cauce, entre El Puente de Piedra y el Puente Huáscar, no se llegó a ejecutar y en años reciente el Puente Balta estuvo amenazado por la erosión del lecho cerca de sus pilares.

- La ocupación del lecho del cauce en Huachipa dio lugar a una profundización
que desestabilizó la cimentación de un pilar del antiguo puente que había en ese lugar, que colapsó total mente, lo que obli­gó a construir una nueva estructura.
Por otro lado, la principal fuente de ali­mentación del acuífero de Lima, que es una parte importante del abastecimiento de agua a la ciudad, es la recarga con aguas superficiales a través del lecho del cauce. Cuanto más ancho se man­tenga el cauce, más recarga se tendrá.

Aguas arriba de la captación de aguas para La Atarjea se ha ensanchado el cauce a 200 m y se ha rigidizado su perfil con pantallas de concreto cada 100 m. Estas pantallas, de crestas horizontales, obligan a las aguas a extenderse sobre toda la amplitud del lecho ensanchado, disminuyendo la descarga específica y aumentando el área de recarga del acuífero. Las riberas se han enrocado y en ellas se han construido graciosos mi­radores. El proyecto contemplaba exten­der este tratamiento del cauce hasta Huampaní.

Una posibilidad interesante para el tramo urbano del Rímac, sería, construir pan­tal las transversales de concreto, de cres­ta horizontal, cada cien metros de modo de estabilizar el perfil longitudinal del mis­mo y disminuir la pendiente entre panta­llas a un valor subcrítico, de forma que la corriente de agua funcione como un ver­dadero río, ocupando el lecho de banda a banda, con una pequeña cascada cada 100 m. Para disminuir la pendiente a un valor subcrítico (probablemente entre 0.1 y 0.2%) las pantallas deberán construir­se sobresaliendo sobre el lecho, en for­ma de compensar los cortes y los relle­nos. En las márgenes se podría cons­truir amenos malecones, con pequeños parques, donde sea posible hacerlo sin comprometer la anchura que necesita la corriente de agua.

Finalmente, es oportuno acotar que la comisión japonesa que estudió la Preven­ción de Desastres en la Cuenca del Rímac, recomendó ensanchar el cauce de este a 300 m. Esta recomendación es difícil de seguir, pero, por lo menos, nos lleva al convencimiento de que todo estrecha­miento del cauce es inconveniente.

Construcción y Vivienda

2 comentarios:

  1. Los puentes se está cayendo en todo el Perú por causa de la "canalización" de los ríos. Desde el poblador hasta el presidente pasando por los periodistas exigen canalizar los ríos. Esto va a destruir la infraestructura ya consolidada

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